Bajo la protección de Júpiter Óptimo Máximo,
Al calor del Sagrado Fuego de Vesta,
Y con los augurios favorables de Jano, Dios de los Comienzos y Finales,
I.
A Todos Los Cultores de Hispania, que en sus hogares mantienen viva la llama de los Dioses y de la antigua tradición, os saludo. Después de varios intentos e iniciativas fallidas, se constituye por fin en nuestra sagrada tierra el regreso del culto a los Dioses que nunca debió abandonarse.
En primer lugar, quiero dirigirme a los miembros del recién constituido Colegio de Pontífices del Cultus Deorum Hispania. Mi profundo agradecimiento a todos ellos por la labor que realizan en favor de los Dioses.
En segundo lugar me dirijo a todos los que veneran y dan culto a los Dioses. Las puertas de la confesión Cultus Deorum Hispania están abiertas. Todos cabemos en esta casa, donde el Sagrado Fuego de Nuestra Madre Vesta nos da su Calor y nos protege.
Por Último, a todos los habitantes de esta sagrada tierra, la antigua Hispania. Aquí tenéis vuestra religión, aquí a Vuestros Dioses, aquí vuestra fe y vuestro culto. Esta es vuestra Casa. Donde queráis, cuando queráis, seréis bienvenidos. ¡Os esperamos con los brazos abiertos!
II.
Hemos fundado una confesión religiosa, de acuerdo a las leyes de este país, buscando sembrar una semilla que con el tiempo y la bendición de los Dioses, crecerá . Esta confesión, en sus estatutos, están pensados para que sea posible crecer y agrupar de forma libre a todos los que quieran participar y contribuir. Desde el Colegio de Pontífices se regula los aspectos de culto público, la actividad de los conventus recae en los fieles que lo forman, y el culto de los hogares recae en las cabezas de familia. Hemos construido esta confesión con la doble intención de recuperar la vieja tradición romana adaptada a nuestra época y la de evitar que nadie monopolice el Cultus, evitando que se convierta en una secta o en algo destructivo. Estamos ante una auténtica religión que sólo pertenece al conjunto de cultores y cultoras, y a nuestros Dioses Sagrados.
III.
Pero el trabajo no esta terminado. Apenas acaba de comenzar. Me gustaría decir que lo difícil esta hecho, pero no es así. Lo hecho hasta ahora es lo fácil. Redactar unos estatutos, levantar acta fundacional, elegir al Colegio de Pontífices, redactar la constitución de organización, todo son labores sencillas. Hace tiempo que palpitaba la necesidad de hacerlo entre los cultores. Ya hubo intentos anteriores de constituir una confesión basada en el Cultus Deorum. Nuestra labor ahora es lograr que éste sea el último intento. Y la forma de lograrlo es que el Cultus Deorum Hispania se convierta en la confesión de todos los Cultores de Hispania. Desde el Colegio de Pontífices abrazamos con ilusión esta tarea, y la asumimos como nuestra misión, nuestra llamada, nuestra razón de ser.
IV.
Para lograr este objetivo hemos de trabajar para que esta religión ofrezca lo que la gente huérfana de fe, espiritualidad y sentido de la existencia necesita. No olvidemos que la fe venida del judío de Galilea, llamada aquí como iglesia católica, está caduca, y ya ha mostrado en estos últimos años su perversidad: niños robados y dados en adopción, ministros ladrones, ministros pederastas, una moral y ética propia de esclavos, y mucho más que no caben en este mensaje. Nos toca trabajar para llenar este hueco, y he aquí el trabajo duro. Tenemos un campo inmenso para dar un fruto excelente: las virtudes romanas, el culto a los diferentes dioses, el papel de los Lares y Penates en nuestras vidas, el culto debido a los Manes de cada familia, las diferentes fiestas del calendario. Existe latente toda una espiritualidad superior a cualquier religión semita, una auténtica espiritualidad fundada en la más antigua tradición y base indoeuropea politeísta. Hemos de trabajar para que resurja y se manifieste.
V.
Todos tenemos cabida en esta labor. Todos tenemos la oportunidad de hacer resurgir la gloria de los Dioses. Todos tenemos la ayuda de los Dioses para lograrlo. Estamos dando los primeros pasos. No tengamos miedo de seguir andando. La recompensa final será la gloria reservada a los héroes que nos precedieron.
Al calor del Fuego de Vesta, Kalendas de Marzo de MMDCCLXVIII
Juan, Pontífice Máximo.
